José De Luz
José De Luz, nombre con que se ha presentado el espÃritu cuando animó materia fue rico, gallardo y con una vasta preparación cultural. Fue Abogado, Doctor en Ciencias y Doctor en Medicina. Cultivó la música y tambièn la poesÃa. José De Luz cometió errores apoyándose en su posición social encumbrada, en su posición material y la firme creencia de que concluÃda la vida material que poseÃa, acabarÃan todas las penas terrestres.
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En su peregrinar por la vida conoció a Allan Kardec quien le enseñó a reconocerse como espÃritu. Desde entonces siguió como misionero enseñando a los hombres de dónde vienen y a dónde van, curando el alma enferma o dándole aliento al moribundo. Pasando al mundo de los espÃritus no le fue posible permanecer inactivo, tenÃa que retornar a la tierra para reparar sus errores pasados, pero esta vez no como espÃritu encarcelado sino como guÃa de una materia que le fue especialmente asignada. Esa materia fue Claudio Agramonte.

Deseoso de reparar aquellos errores, José De Luz llegó a la materia la cual, para hacerle más sentida la depuración, carecÃa de la cultura necesaria por haber sido muy humilde su origen. Sin embargo, encontró en esa materia todas las cualidades, que como espÃritu él necesitaba para evolucionar.
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La unidad entre espÃritu y materia existió en todo instante. Unidad para que la depuración de José De Luz no encontrara objeción en Claudio como instrumento. De Claudio, porque pudo modelar sus cualidades a la hechura que José De Luz necesitaba. Unidad en la recompensa. El espÃritu, al poder ejecutar su misión de caridad e impartir las enseñanzas espirituales que tanto anhelaba dar a la humanidad y por parte del médium, al poder, por la acción del espÃritu, ejecutar con efectividad cuanta labor llegara a él.
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Esa compenetración tan Ãntima entre espÃritu y materia, por tener tanto el espÃritu liberto como el encarcelado igual plano, permitió que el dolor de uno fuese el dolor del otro, que las alegrÃas recibidas y los conocimientos espirituales fuesen compartidos entre los dos. El espÃritu Rafael Alava ha dicho al referirse a José De Luz que, además de sus mèritos y cualidades, de todo lo grande que es, cabe destacar su sencillez, obediencia y sabidurÃa como espÃritu y por grande que hayan sido los escollos, ha sabido tener para todos los espÃritus, cariño, afecto y una gran dosis de comprensión.